Fernando Delgado

Fernando Delgado: La captura de la esencia de una realidad ya histórica
El escritor Fernando Delgado, presentó El canto del Alcaraván en Valencia, y celebró una obra en la que encontró los valores de la literatura y el periodismo: Ésta es la crónica de María Tomás (Diario Levante).

«Una humanidad que parece querer destruirse, en conflictos estúpidos que provocan migraciones incontenibles, degradación ambiental o el hundimiento de la cultura agraria milenaria» son temas que toma Tomás Álvarez. Un escritor con conciencia social al que Fernando Delgado agasajaba considerando la «amenidad» de una literatura «que no es reemplazable en la acción sino que propicia la reflexión».

Delgado celebraba su castellano eficaz, su capacidad para trasladar al texto la oralidad, para manejar diálogos en que los personajes son narradores de la historia.

Delgado desdoblaba la personalidad del autor sin destripar su escritura. «Álvarez tiene la dureza del buen periodista para describir hechos y escenarios con la categoría del buen reportaje; se interna en el lenguaje poético para describir la soledad o ahondar en metáforas de la vida cuando la prosaica realidad se ve enriquecida por un ámbito de irrealidad». También hablaba de periodismo literario, «al que Álvarez le suma su detallismo singular, no del adorno sino de la esencia», donde todo cobra dimensión real, simbólica, no anecdótica, de aquello que cuenta.

Para Delgado, Álvarez se inserta en la novela histórica, por su crónica cotidiana pretérita. Una forma de escribir historia desde los múltiples argumentos que su colega resumía en uno: las sociedades que describe. La rural, de resonancias asturiano galaicas; la del negocio,el lucro y el bienestar en tierras valencianas y el Madrid de la supervivencia, de unos «catetos que huyen de Vallegrande donde a todos les cuesta ser felices».

Realismo, melancolía, humor difuminado, erotismo?. Una «atmósfera y una memoria» desde la que Álvarez descompone los dos mundos contrapuestos hasta llegar a lo incierto. «Los habitantes del campo verán El canto del Alcaraván como una novela ajena. Quizá sea lo mejor que puede pasar», afirma.