Iconos femeninos del arte

Hay una serie de obras de arte que son modelos extraordinarios que marcan un hito en la historia universal del arte y nos proporcionan cuantiosa información de un tiempo. Un reportaje de Tomás Alvarez.

Los iconos femeninos en el arte

Por Tomás Alvarez

Hay una serie de obras de arte que son modelos extraordinarios que marcan un hito en la historia universal del arte y nos proporcionan cuantiosa información de un tiempo. En este relato, he intentado acotar un conjunto de iconos relativos a la representación de la mujer en el arte de todos los tiempos.

Intenté hacer un listado de doce iconos… al final ha salido otro número (trece). No importa. Lo realmente importante es que están ahí por sobrados motivos.

Eikon, en griego, significa imagen, representación de algo. De ahí derivó la palabra icono, una expresión muy relacionada con las imágenes sagradas, pero que en nuestro lenguaje habitual equivale en un sentido amplio a representación.

Pues bien, cada imagen elegida nos representa algo, un estilo, una estética, un tiempo, una disciplina artística…. A veces varias cosas a la vez.

He elegido obras como la Venus de Willendorf, las majas de Goya o a Marilyn de Warhol… y no lo he hecho con otras imágenes de grandísimo valor. Y he actuado así por razones concretas que a veces he dejado explicadas y otras no.

Es cierto que hay multitud de imágenes que podrían haber sido elegidas. Pero yo he hecho mi elección. Y he puesto, por ejemplo, a la Afrodita de Cnido y no a la Venus de Milo, porque me interesaba más el clasicismo de Praxíteles; y he puesto a la Virgen Blanca de León en lugar de otras esculturas góticas, porque después de ver cientos de estatuas góticas no he encontrado una dulzura (de madre e hijo) igual…

Algunos se sorprenderán de la presencia de la Virgen de Vladimir o de una de las mujeres de Sigiriya… pero si analizan lo que representan, encontrarán lógica la selección.

Pasaron por mi mente muchas otras obras relativas a la mujer, desde la Victoria de Samotracia a la Ofelia de John Everett Millais o las cálidas mujeres de Renoir… al final la lista ha quedado reducida a trece obras… sin duda hay muchas más que estarían aquí con notable dignidad.

Icono 1: La Venus de Willendorf

Labrada en piedra caliza, esta Venus es, sin duda, el primer icono femenino de la historia del arte. Se trata de una figurita de apenas 11 centímetros de altura hallada en un yacimiento arqueológico de Willendorf, en Austria.

Se ha discutido bastante acerca de esta mujer de un diseño sencillo, en el que destaca la carnalidad de sus formas: esos pechos amplios sobre los que reposan unos brazos casi sólo intuidos, ese vientre desmesurado, su pubis prominente enmarcado por los gruesos muslos…

Para unos es una divinidad, diosa madre o diosa de la fertilidad, para otros un objeto mágico en rituales de fertilidad, que incluso pudiera ser introducido en tales momentos en el interior de la vagina… para otros sería una representación de alguna fémina poderosa…

Recurriendo a una frase socrática, podríamos decir que la más cierto es que no sabemos en concreto nada. La figurilla fue hecha hace más de 20.000 años y está en el Naturhistorisches Museum de Viena. Es sin duda la más famosa de las Venus prehistóricas.

Se puede contemplar en:

Naturhistorisches Museum Wien. Burgring 7. 1010 Viena; Austria. http://www.nhm-wien.ac.at/

Icono 2: La dama durmiente de Malta

Hay otra Venus prehistórica de bellísima factura que cabría incluir en esta lista de iconos artísticos femeninos: la dama durmiente de Malta, que se puede ver en la actualidad en el Museo Nacional de Arqueología de La Valetta.

Es un icono de sabor mediterráneo, una bella obra cuya contemplación nos hará recordar los trabajos modernos del colombiano Botero.

La dimensión es prácticamente la misma que la Venus de Willendorf, apenas un centímetro más (12,2 cm.) y las formas también nos recuerdan a aquellas Venus prehistóricas: voluminosos senos, grandes caderas y muslos… pero en este caso, lo más interesante que tiene es un acusado realismo en su posición yacente. El sentido artístico del ser humano ha mostrado un avance formidable…

En uno de los nichos del Hipogeo de Hal Saflieni se encontró esta preciosa pieza de terracota, que tiene unos 5.000 años. ¿Podría ser el icono de la mujer mediterránea de su tiempo? ¿Es una representación de alguna deidad? ¿Es una ofrenda al santuario?

No lo sabemos.

Encontraremos la Dama durmiente en:

National Museum of Archaeology. Republic Street, Valletta 1112. Malta. http://www.heritagemalta.org/museums/archaeologymalta/archaeologymaltainfo.html

Icono 3: el busto de Nefertiti

En 1912, un equipo de arqueólogos bajo la dirección del alemán Ludwig Borchardt localizó esta magnífica obra realizada en piedra caliza, de unos 50 centímetros de altura, en las excavaciones de Tell al Amarna, la antigua ciudad de Ajetatón, entre los restos del taller de un escultor de la corte de Akenatón.

Se trataba de una pieza casi intacta a la que sólo faltaban unos trozos de las orejas, que se hallaron casi todos más tarde, y la pupila del ojo izquierdo, que jamás se halló. Pronto se identificó como el busto de Nefertiti.

El busto cruzó las fronteras de Egipto camuflado entre un montón de trozos de cerámica y yeso, con destino a Alemania. Desde entonces se puede contemplar en Berlín. Ahora está en el Neues Museum.

Se cree que este es el busto de la propia reina Nefertiti, esposa de Akenatón, de la XVIII dinastía del Imperio Nuevo, madre de seis hijas y con fama de gran belleza. Se trata de una obra del entorno del año 1.340 antes de Cristo. Según algunos, se trataba de un busto modélico de la reina.

Podemos ver la obra en:

Neues Museum. Bodestraße 1-3 10785 Berlin, Alemania

http://www.neues-museum.de/

Icono 4: La Venus de Cnido

Grecia nos marcó. Nos enseñó a utilizar la razón, a gozar de la poesía y la música, a buscar la belleza. Nos marcó una ética y una estética.

Praxiteles fue un autor emblemático del clasicismo griego; el primero en presentar a la mujer desnuda. Aunque no ha llegado hasta nosotros ninguna obra original, conocemos multitud de copias de su Venus de Cnido.

El autor, tomando como modelo a la bella Friné, creó una Afrodita o Venus (según hablemos con la cosmogonía helénica o romana) que ganó inmensa fama y que lleva por “apellido” el nombre de la localidad que adquirió la obra: Cnido.

A tamaño natural, Praxíteles hizo la estatua de una bella diosa presta para tomar un baño ritual. Es una mujer en una actitud íntima, que presenta indudable belleza y un fino erotismo, conseguido con su pose relajada, la gracilidad de su cuerpo, en suave rotación, y la fina tersura del mármol.

Sabemos de su forma exacta por una moneda de la propia Cnido, que la muestra -bella y pudorosa, sujetando con una mano unos paños que caen sobre un ánfora; mientras que con la otra mano, la izquierda, oculta pudorosamente su pubis…

El original de la Afrodita de Cnido se perdió en revueltas de Constantinopla, pero hay numerosas copias en todo el mundo. Se dice que es el desnudo más copiado del arte antiguo.

Museos de Grecia, Italia, España, Alemania o Francia conservan diversas copias, más o menos enteras. En la imagen que acompaña a este texto, una cabeza que pertenece a una estatua que reproducía la obra de Praxíteles: la Afrodita de Cnido (h. 360 a. C.). Se halla en el Museo del Prado.

Donde ver esta obra:

hay copias en varios grandes museos de arte. Citaré los siguientes: Museo del Prado (Madrid), Gliptoteca de Munich (Munich, Alemania) y Museo del Louvre (París).

Icono 5: Las cortesanas de Sigiriya

Hay un tipo de mujeres representadas como diosas, danzantes o mujeres oferentes en escenarios que van desde Afganistán a la Península de Indochina, que tienen unas características comunes: la belleza, la exuberancia, el dinamismo, las formas ondulantes. Como ejemplo de este tipo sitúo a un conjunto de damas de renombre universal: las cortesanas de Sigiriya.

Sigiriya, en la isla de Ceilán, está en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1982.

En la cumbre y las laderas verticales de una roca magmática de 370 metros de altura, la llamada Roca del León, perviven los restos de un establecimiento que fue monasterio desde el siglo III y sede de una corte, las del rey parricida Kasyapa, entre los años 477 y 495.

Este sitio tiene, entre otros valiosos restos, unas grandes pinturas en el roquedo, con 21 figuras femeninas, cortesanas o divinidades.

Todas emergen entre nubes, que les ocultan la parte inferior del cuerpo. Tienen ricos tocados, vistosos collares, cuerpos sensuales, senos amplios casi delineados a compás, formas dinámicas… en unas imágenes llenas de color.

Por todo el sur de Asia se encuentran este tipo de imágenes de densa carnalidad reflejadas en el arte. A veces en una posición más estática, como la Yakshi del Museo de Patna (Bihar), otras en actitudes más expresivas como las eróticas mujeres de Khajuraho.

Como ejemplo de todas ellas, sirvan las damas de Sigiriya.

Donde se pueden ver:

Montaña del León, distrito de Matale, Ceilán Central

http://whc.unesco.org/en/list/202

Icono 6: La emperatriz Teodora

En el arte bizantino hay un mosaico en el que se realza una mujer: Teodora, la emperatriz esposa de Justiniano. Se trata de una mujer de extraordinario poder, tal vez la más poderosa de las del imperio romano, que hizo de Constantinopla la ciudad más esplendorosa de su tiempo.

El mosaico de Teodora y su séquito está en la basílica de San Vital, en Rávena. Es obra del entorno del año 550 de nuestra era.

La emperatriz aparece con un suntuoso vestido, con una túnica y una corona de brillantes piedras preciosas… La imagen de Teodora descuella en un grandioso mosaico de vibrantes coloridos, en medio de un magnífico séquito. En la pared opuesta está el esposo, Justiniano, reafirmando el poder de ambos en la iglesia de esta ciudad, centro político del imperio en la península Itálica.

Donde contemplar la obra:

Basílica de San Vital. Vía Fiandrini Benedetto, Ravena, Italia

http://www.ravennamosaici.it/

Icono 7: La Virgen de Vladímir

A principios del siglo XII se pintó el icono de la Virgen de Vladimir. Es originario de Constantinopla. En el 1155 se sabe que fue llevado a Kiev, antes de ser enviado a Moscú.

La obra está pintada sobre madera y refleja una actitud sumamente íntima y cariñosa entre la Virgen y el Niño. En un trabajo pulcro y delicado, sobresale la melancolía/tristeza de la madre, tal vez presagiando el destino trágico del pequeño.

Este dúo –madre-niño- es especialmente importante por lo que tiene de universal.

El arraigo de la imagen de la madre y el niño en la iglesia católica surge de Egipto, donde se tomó la iconografía de Isis y Horus. Esa maternidad arraigó profundamente en el Oriente, donde se plasmaron ejemplos como esta Virgen de Vladimir, que gozó inmensa popularidad en Rusia, y donde fue sumamente copiada. Se le llegó a dar el nombre de “madre de Rusia”.

No muy lejana en la concepción es otra Virgen famosísima: la del Perpetuo Socorro. En este caso, el niño está en el flanco izquierdo del cuadro.

La del Perpetuo Socorro también es bizantina, pero procede de la escuela cretense. Ese icono fue llevado de Creta a Roma en el siglo XV, y luego se ha expandido por todo el mundo católico, principalmente por el impulso de las órdenes de los Agustinos y Redentoristas.

Donde ver a la Virgen de Vladimir:

En la Galería Tretiakov Calle Lavrushinsky. Moscú. Rusia

http://www.tretyakovgallery.ru/

Icono 8: La Virgen Blanca. León.

Frente al predominio del Cristo justiciero en el románico, el gótico se asocia con la mujer y la dulzura. Las grandes catedrales tienen una virgen amable que acoge a los fieles. En muchos casos recibe el nombre de Virgen Blanca.

En el Románico es habitual que la mujer se asocie al pecado, a los instintos… En el gótico, el papel de la mujer se dignifica.

La catedral española de un gótico más puro, la de León, posee una de las vírgenes más bellas del arte gótico. La estatua estuvo hasta el siglo XX en el exterior, en la gran portada occidental, y ahora se presenta en una de las capillas absidiales. Una magnífica copia ocupa ahora en el exterior el lugar de la original.

La Virgen María ha perdido la rigidez del románico. El naturalismo se observa en el cuerpo y en las vestiduras que le dan volumen. Ella se presenta ante el visitante como una aparición amable, con una dulce sonrisa. Hay un mensaje de amor. Un mensaje cercano al que también muestra el niño...

El deterioro inherente el tiempo y la intemperie no han sido capaces de borrar el halo genial que le infundió el artista medieval.

La obra es de un maestro hispano, del que no se conoce su nombre, y su fecha es del entorno de 1.280.

Donde ver la Imagen:

Catedral de León (España) Plaza de la Regla 4,

http://www.catedraldeleon.org/

Icono 9: Venus… de Botticelli

El nacimiento de Venus es una famosísima obra de Sandro Botticelli que se puede contemplar en la Galleria degli Uffizi.

Es una obra que se pintó hacia 1482. La imagen de Venus parece ser la de Simonetta Cattaneo, una dama de la sociedad florentina, famosa por su belleza, de la cual pudo estar enamorado el propio pintor, que la retrató varias veces.

Venus, en el Renacimiento, sustituye al ideal de la Virgen gótica. Botticelli la pinta desnuda, no tanto por la carnalidad sino por la propia encarnación de la belleza y la inteligencia.

El soplo de los dioses acerca a la mujer a la playa, donde la Primavera se aproxima a la diosa con un manto para cubrirla. Aún hay en la obra de Botticelli una cierta antigüedad, tanto en la composición como en las figuras, a las que refuerza su propia definición con líneas oscuras, como si de un dibujo se tratase… pero hay en la obra una magia eterna.

Donde se puede ver:

Galleria degli Uffizi: Piazzale degli Uffizi, 22. Florencia, Italia.

http://www.uffizi.org

Icono 10: La Gioconda

Leonardo da Vinci es autor de un reducido número de cuadros. El más famoso es este, La Gioconda, que se presenta en el museo del Louvre de París.

Frente al cuadro de Botticelli (Nacimiento de Venus), del que afirmábamos cómo el autor reafirmaba los contornos, Leonardo aplicó una técnica denominada sfumato, que conduce a otro ámbito: la dilución de los perfiles, creando una atmósfera propia.

La Gioconda se pintó sobre tabla entre 1503 y 1519. Se dice que el nombre se debe a que la retratada era la esposa de un adinerado de nombre Francesco Bartolomeo del Giocondo. El propio Leonardo se llevó el cuadro con él a Francia, donde se vinculó a la corte de Francisco I

La fama de la obra es inmensa, millares de personas acuden al Louvre a ver la pintura, en una peregrinación que tiene más de religiosa que de contemplación artística. En su fama influyeron también diversas incidencias, como un robo y su consiguiente desaparición temporal.

Dónde ver la obra:

Musée du Louvre. 75001 Paris, Francia.

http://www.louvre.fr/

Icono 11: Las Tres Gracias

Hay diversas variaciones de este tema. En los días del Renacimiento, Rafael Sanzio las pinto castas, siguiendo un modelo latino; Rubens las pintó sumamente carnales, Canova las haría exquisitas.

Pedro Pablo Rubens pintó estas tres gracias -la belleza, el encanto y la alegría- de marcada identidad barroca, luminosas y enmarcadas entre guirnaldas, árboles y tejidos, buscando una belleza ideal en la que predomina una exuberancia carnal y consiguiendo una unidad de grupo superior a la de sus antecesores.

Este cuadro, que se halla en el museo del Prado de Madrid fue adquirido por Felipe IV, para su residencia de Madrid y posteriormente pasó al museo del Prado, que cuenta con una excelente colección de obras del pintor.

El cuadro se pintó poco después de 1630, se ha interpretado como un canto de Rubens hacia al amor, la felicidad y el placer derivados de su matrimonio con la joven Helena Fourment, que parece que es una de las mujeres de la obra.

Donde ver la obra:

Museo del Prado: Calle Ruiz de Alarcón 23. 28014 Madrid

http://www.museodelprado.es/

Icono 12: Las majas de Goya

Las majas de Goya tienen detalles especiales que la ayudan a entrar en el ámbito de los mitos. En especial dos puntos: el misterio de la modelo pintada y su doble versión.

Consideradas como pinturas obscenas, las majas fueron reclamadas en 1814 por la Santa Inquisición. Afortunadamente no las arrojaron a la hoguera.

La más antigua es La maja desnuda. Ser pintó antes de 1800, retratando a una mujer que pudo haber sido la duquesa de Alba. Se trata de una obra atrevida para su época y que tiene un aire neoclásico, aunque en el rostro pícaro y osado ya se intuye la capacidad de Goya para los retratos.

El cuadro de La maja vestida fue pintado en torno a un lustro más tarde, y la gama cromática es bastante distinta. La obra es más goyesca.

El traje de la mujer se ciñe al cuerpo, permitiendo la pervivencia de un acusado erotismo. La pincelada es más suelta y luminosa. Los colores más vivos.

Comparando los rostros de ambas se percibe perfectamente el avance en la calidad y el estilo de Goya.

Aún vestida, esta mujer es más turbadora y desafiante.

Donde ver la obra:

Museo del Prado: Calle Ruiz de Alarcón 23. 28014 Madrid

http://www.museodelprado.es/

Icono 13: Marilyn de Warhol

Del arte moderno elijo a las pinturas de Marilyn debidas a Andy Warhol. Es una decisión que suscitará rechazo en muchos amantes del arte. Algunos pensarán que hay otras mujeres más valiosas, desde las modelos picasianas a las que plasmó Renoir. No faltará quien note en falta alguna odalisca de Delacroix o Matisse… o un rostro lánguido de una de las mujeres de Modigliani…

Sin embargo elijo a Warhol porque su obra -pop art- se enraíza en las manifestaciones más reales de la cultura del siglo XX; se vincula con la vanguardia, los medios de masas, la publicidad, el consumo masivo…

Warhol es el cine, la ilustración, los medios... Y es también el revolucionario que dice que hay arte en un paquete de jabón, en una lata de conservas o en la manipulación de una imagen popular. Es también un autor de una sociedad formada por gentes de orígenes diversos, dispuesta a seguir la estela de los iconos universales… en la ruta hacia los abrevaderos del consumo.

Y Marilyn Monroe es también, per se, una manifestación de esa sociedad. Renunció incluso a su nombre, Norma Jeane Baker, para buscar una identidad distinta, más comercial. Encarnó la imagen de la fama, no por sus grandes trabajos o discos, sino por ser inmensamente guapa, fresca y sensual. Es la seductora soñada por millones de hombres, a los que hipnotizó desde las páginas del PlayBoy o desde sus películas taquilleras...

Warhol despreció el óleo para utilizar los nuevos métodos de impresión y reflejar lo que ya reflejaba la prensa, los carteles luminosos de las avenidas a los escaparates de los grandes almacenes: desde Marilyn a la sopa Campbell o la botella de Coca Cola.

En la identidad de ese binomio –Marilyn-Warhol- me apoyo para declarar que esta imagen es la más válida para ostentar la representación del rostro femenino en el arte de nuestros días.

Donde ver Imágenes de Marilyn de Andy Warhol:

Museum of Modern Art (MoMA) 11 West 53rd Street New York, NY 10019, Estados Unidos. The Andy Warhol Museum | 117 Sandusky Street, Pittsburgh. Estados Unidos

El texto de Tomás Alvarez, en guiarte.com, con imágenes de estos tesoros