Historia de Santa Marina del Rey

Intervención de Tomás Álvarez, como presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Künig, en la presentación de la obra de Francisco Fuertes Pérez, Historia de Santa Marina del Rey, el 1/10/2022.

Bienvenidos todos a este acto, lleno de Cultura y de Historia.
 
Hace años supe de la labor de investigación del señor Fuertes, por boca de Francisco Álvarez, entonces alcalde del municipio. Y ahora, años después, vemos hecho realidad el sueño de editar aquellos trabajos, merced al apoyo conjunto de la Asociación de Amigos de Künig, y del Ayuntamiento, que ha demostrado sensibilidad para apoyar un proyecto como este, que estimula el prestigio y la cultura de nuestra tierra.

Santa Marina tiene una amplia historia; ha tenido la fortuna de que en los archivos se conserven muchos vestigios de su pasado, y también ha tenido personas interesadas en difundir sus conocimientos e investigaciones.

Mi conocimiento de la villa no es exhaustivo, pero lo suficiente para saber de personas cultas como José María Villanueva, Pedro Barrallo y Francisco Fuertes han recopilado e interpretado una cuantiosa información.

El autor

Francisco Fuertes Pérez (Santa Marina del Rey, 1924-León, 2018) estudió en el Seminario Diocesano de Astorga y luego en el Instituto de Enseñanza Media «Alfonso III» de Oviedo, ciudad en la que más tarde compaginó sus actividades laborales en Renfe con los estudios de Derecho en la Universidad.

Posteriormente, ingresó en el Cuerpo Técnico Administrativo del ministerio de la Gobernación, lo que le condujo a desempeñar sucesivos puestos de responsabilidad en Segovia, Soria y León. En Alcalá de Henares, el señor Fuertes Pérez siguió estudios de especialización de la función pública, y a raíz de estos escribió su primera monografía jurídica, «León, sus municipios y posible estructuración» (1975), trabajo pionero sobre la reorganización de la Administración local. 

En su retiro, sus inquietudes intelectuales siguieron muy presentes, y realizó una amplia labor de investigación en instituciones archivísticas, que le permitió acopiar documentación con los que abordó nuevos trabajos históricos.

El libro de Historia de Santa Marina del Rey

El libro que presentamos hoy es una gran herramienta para conocer el pasado y el presente de la villa y sus gentes. Es también un “contenedor” donde encontramos informaciones de enorme interés para multitud de lugares leoneses, especialmente del entorno de Órbigo.

Don Francisco Fuertes ya había publicado un librito con numerosos datos que ahora se amplían. Incluso hallé en Internet una copia en formato PDF en la que estaba esta documentación. Pero había que hacer algo más. Sé por experiencia que mucha de esa documentación que hoy está en Internet por problemas económicos o técnicos, como puede ser el cierre de una página web o un hakeo informático… acaba perdiéndose. 

La iniciativa de llevar a imprenta sus investigaciones ha obedecido a la necesidad de garantizar que su contenido llegue a las generaciones futuras; porque este texto es un tesoro documental que queremos difundir y conservar.

Cuando se publica un libro como este se le da un ISBN (siglas de International Standard Book Number). El ISBN quiere decir que la publicación entra en un listado internacional; es el reconocimiento de su existencia, con su titulo, editorial, materia, autor, lengua, etc. Una vez impreso y con ISBN, podremos ubicarlo en las principales bibliotecas, especialmente la Biblioteca Nacional de España. Con ello garantizamos que el trabajo estará disponible en el futuro para los interesados, sean lectores comunes  o investigadores.

La publicación ha estado precedida de la revisión de los centenares de folios que tenía escritos y una adecuación de los mismos  –en la medida de lo posible-  al español actual. Llevado de un inmenso respeto a las personas e instituciones, en el escrito original se empleaba sistemáticamente el don para referirse a las personas y la mayúscula para las instituciones. En el lenguaje actual esto ha desaparecido ya no se utiliza el don para casi nadie, salvo en ciertos formalismos burocráticos y cuando escribimos prelado, cabildo u obispado no se nos ocurre ponerlo en mayúsculas. Aún así a veces van expresiones que pudieran parecer incorrectas, pero que se mantienen como respeto a los textos antiguos. También hemos revisado alguna otra inexactitud de índole histórica, absolutamente comprensible.

No es este un texto “divertido”, su compresión resulta a veces difícil por corresponder a una forma de expresión antaño común pero inusual para los lectores; tampoco es un relato novelesco y apasionante, sino  –sobre todo- un gran fondo documental que servirá al especialista para descubrir el pasado, y al lector común para enterarse de la historia de muchos asuntos de los que tratará cada día.

En las páginas hallaremos señores y vasallos; pobres de solemnidad y poderosas familias. Nos asombraremos ante un mundo pasado en el que aparecen desde barberos que ejercían labores de cirujano a fabricantes de campanas y tallistas de imágenes religiosas. En la farragosa relación de vecinos del concejo, muchos lectores encontrarán a alguno de sus propios antepasados.

Villa de Rey

En el volumen, comprenderá el lector porqué la villa se apellida “del Rey”. En el siglo XII, Santa Marina fue fundada como población por Fernando II. Este pactó con el Concejo para recibir el 50 por ciento de los productos del regadío, y a cambio otorgaba exenciones de tributos. El autor deduce que Fernando II debió otorgar una “Carta Puebla” a los pobladores del lugar, documento perdido a lo largo del  tiempo.

Alfonso IX acordó una “composición” del acuerdo de Fernando II, perfeccionando algunos apartados. La protección real y las exacciones tributarias favorecieron el desarrollo de la villa que sería a partir de entonces la mayor del valle del Órbigo. En el reinado siguiente la villa dejo de ser “del Rey” para pasar a ser del obispado de Astorga. 

Por cierto, es curioso que Alfonso IX, que potenció el papel de Santa Marina, también lo hizo con la villa de Bembibre, justamente en el camino de Künig, que desde Trobajo del Camino avanzaba por Santa Marina para llegar a Bembibre y Ponferrada sin subir a las alturas de los montes de León.

Dotes de matrimonio, altercados, muertes de vecinos en las guerras con Francia o Portugal, apuros de la villa para pagar inmensas deudas… Todo este libro está lleno de historias y de vida, aunque tal vez el hilo conductor más maravilloso es la preocupación permanente del pueblo por defender sus derechos ante las instituciones del Reino y de la Iglesia.

Para los que hemos nacido en otros lugares, el libro también nos sorprende con muchos datos. Así al revisarlo descubrí a un activo retablista barroco, José Ortiz, que hizo el retablo que conocí de pequeño en la iglesia de Villamejil. Por cierto, hay también obra suya en las iglesia de Santa Marina del Rey; San Bartolomé, Nuestra Señora de Fátima, y en los conventos de de Santi Spíritus y Santa Clara de Astorga, así como en las iglesias de Santibáñez de Valdeiglesias, Alcoba y Llamas de la Ribera.

Ecos de la peregrinación

Desde la Asociación de Amigos del Camino de Künig, estamos tratando de poner en valor el pasado de nuestra tierra como ámbito de peregrinación, algo que nuestras gentes y nuestra sociedad había olvidado. 

En estas páginas encontramos también vestigios de ese mundo. Encontramos dos instituciones que se preocupaban de ello en Santa Marina, con sus correspondientes hospitales de transeúntes, Santa Catalina y San Lázaro; también encontramos referencias al hospital de Benavides, que operaba dependiente del convento franciscano. Una mujer que habitaba en Santa Marina, Ana de Calderón, fue la gran protectora de ese hospital, destrozado durante la Guerra de Independencia. También hallaremos referencias al hospital de San Martín del Camino, cuyo funcionamiento se apoyaba en las propiedades que tenía en Santa Marina: una docena de fincas, con 120 cuartales de superficie. 

Sobre la citada Ana Calderón, señalar que el Conde de Luna, que tenía su palacio señorial en Benavides, necesitó pedir elevados préstamos a Diego de Ulloa y Ana de Calderón, vecinos de Toro. El conde de Luna les entregó derechos sobre las alcabalas de Villamor, Villoria, Posadilla, Barrientos y Ponferrada. Cuando Ana enviudó, pasó a vivir a Santa Marina, pero mantuvo una relación muy estrecha con Benavides. 

Respuesta a muchos interrogantes

A veces, la lectura de tantos datos nos alumbra otras interrogantes. En mi caso, una de las interrogantes que siempre tuve fue sobre el bellísimo mapa del río Órbigo y la Presa Cerrajera hecho en el siglo XVIII con ocasión de un pleito por las aguas del río, entre Santa Marina y Carrizo. En ese mapa aparecen tres puentes entre Santa Marina y Benavides, y sobre los tres aparece la cruz cruzada.

La respuesta puede estar en estas páginas. En el siglo XVI Santa Marina se “independizó” del señorío de la Iglesia astorgana, aceptando el pago de un tributo anual. Las cosas no fueron bien para la villa en el siglo XVII y años más tarde, tuvo que aceptar una nueva dependencia, en este caso la de la familia Flórez Osorio que controlaba el señorío de Puente de Órbigo.

Los señores crearon un Mayorazgo que unía ambos señoríos, mayorazgo que llevaba anejos derechos sobre lugares de la Cepeda Alta dependientes de la orden hospitalaria de San Juan de Jerusalén, orden surgida en el siglo XI en Jerusalén, para atender a los peregrinos que visitaban el Santo Sepulcro. 

Ese vínculo de Santa Marina y Puente de Órbigo no sólo explica la cruz cruzada sobre los puentes, sino el hecho de que para reparar estos, en se recurría a extraer madera de los montes de Riofrío.

Los puentes y las riadas

Un tema del que hay abundante información es el relativo a los puentes sobre el Órbigo, puentes sobre los que pasaban los peregrinos, tal como se explicaba en el memorial que dirigió el concejo de Benavides de Órbigo al monarca Carlos I, en 1544. El puente principal sobre la corriente del río fue clave para que Santa Marina del Rey y sus ferias fuesen centro vital de las comarcas del Órbigo y el Páramo. Las vicisitudes de ese puente explican también los momentos de decadencia.

La gran riada de 1825, que arruinó definitivamente el puente sobre el cauce principal del Órbigo implicó la ruptura de un eje de comunicación transversal de comunicación que relacionaba buena parte del centro de la provincia de León. Esta es seguramente la causa fundamental por la que Santa Marina perdió un liderazgo comercial sobre la ribera del Órbigo y el Páramo. 

Las aguas del Órbigo, que dieron fama y riqueza a Santa Marina desde su origen, también fueron causa de problemas y decadencia.

Santa Marina vive hoy un período de bienestar; la ampliación de los riegos ha multiplicado su productividad. La villa ha crecido, especialmente hacia el río. El casco urbano y las casas se embellecen; el nivel de vida ha mejorado; los servicios a los ciudadanos también. El patrimonio, la gastronomía, la belleza del entorno son elementos que favorecen el disfrute de la vida. En su libro, Francisco Fuertes ya advertía ese cambio en el aspecto y la economía de Santa Marina. 

Desde nuestra Asociación de Amigos de Künig trabajamos para animar la vitalidad cultural del territorio y conseguir que en un futuro sea de nuevo habitual la circulación de peregrinos hacia Compostela…  Necesitemos crecer para divulgar ese Camino y tener iniciativas como esta.  

Cierro mi intervención reiterando mi homenaje de gratitud a este autor, un homenaje extensible a todos aquellos que siguen preocupándose por la cultura y la calidad de vida de nuestros lugares. Todos somos responsables de que nuestra tierra continúe mejorando.

Muchas gracias.

 

Tomás Álvarez

(Junto con Tomás Álvarez, intervinieron en el acto  de presentación Mercedes Fuertes, catedrática de derecho de la Universidad de León e hija del autor de la investigación, y Francisco Javier Álvarez, alcalde del municipio de Santa Marina)